Éramos unos granujas
(Homenaje a Truffaut: "Les Mistons")
Néstor Ferri Pérez
De
todos los veranos de mi vida, ese fue el mejor, y el peor.
Cada día, mis amigos y yo íbamos a
espiar a la joven y guapa Bernardette. Ella nos ayudó a descubrir algo nuevo, y
nos hacía sentir sensaciones increíbles. Descubrimos la belleza, y lo bonito
que era el amor, y a nosotros nos gustaba esa nueva sensación y nos fascinaba todo el esplendor que desprendía
Bernardette sobre su bicicleta, con
su hermoso vestido gris, casi transparente. Era un ángel vestido de blanco.
Nos encantaba que fuera a jugar al
tenis. Ella no era la mejor devolviendo la bola, pero sí moviendo la cadera. Su
movimiento de cadera nos hipnotizaba,
era más adictivo que el cigarro que teníamos en la boca en esos instantes.
Todo iba bien, nosotros estábamos
en nuestro mundo de pasión y esplendor, hasta que descubrimos que Bernardette
tenía un novio. Era alto, fuerte, y guapo. Se llamaba Gerad. El novio de
Bernardette nos odiaba, no le gustaba que la espiáramos. Así que siempre que
intentábamos cotillear, nos teníamos que esconder para que no nos pegara. Eso
le ponía un poco de emoción al espiar a Bernardette, pero, a veces, nos dejábamos llevar y salíamos de nuestro
escondite para asustarlos. En vez de asustarlos lo que conseguíamos era que Gerard se
enfadara.
Recuerdo con un gran dolor el día
en que subieron de excursión a una montaña. Nosotros les seguimos como de
costumbre, y los intentamos asustar, pero Gerad se anticipó y me agarró, para
dejarme unos golpes difíciles de olvidar.
Nosotros solo éramos niños, no
sabíamos que estábamos haciendo algo malo.
Un día, en el mes de octubre, el
novio de Bernardette, se marchó unos meses para el retorno a la escuela.
Nosotros odiábamos a Gerard, ya
que no nos dejaba disfrutar de Bernardette. Así que decidimos gastarle una
broma, de la que después nos arrepentiríamos.
Le
enviamos una nota a Bernardette haciéndonos pasar por Gerard, en la que supuestamente
Gerard cortaba con Bernardette. Cuando le llegó la nota, Bernardette se puso
muy triste, pero nada comparado con la noticia que le llegó al poco tiempo.
Bernadette descubrió que Gerard
había fallecido en el intento de escalar una montaña.
Desde aquel día, es como si Gerard
se hubiera llevado con él, a la hermosa e inalcanzable Bernardette.
Ya solo vemos a una joven, vestida de
luto, llamada Bernardette.