jueves, 29 de mayo de 2014

EL TIEMPO




EL TIEMPO



   El tiempo pasaba. Solo quedábamos dos personas, pero estábamos destinados a morir como el resto de la gente.

   El tornado se acercaba. Y nosotros, mi amigo y yo, seguíamos sin hablarnos. Allá vino el tornado y nosotros morimos, pero lo más doloroso fue que no pudimos despedirnos.

Gema Rodríguez Torremocha


LA VELOCIDAD DEL TIEMPO


LA VELOCIDAD DEL TIEMPO

  
   Cuando se quiso dar cuenta, todo había pasado.



Pablo Sempere Perea

miércoles, 28 de mayo de 2014

"EL PERRO QUE RESULTABA SER UN GATO" Y DOS MICRORRELATOS MÁS


                              
              EL NIÑO INDECISO                 
       Esta es la historia de un niño pequeño que cada tarde iba a jugar al parque con sus amigos, y se lo pasaba muy bien. Pero él veía a los adultos que no hacían nada, y el niño quería ser como ellos. Cuando ya se hizo adulto, descubrió que no era tan divertido serlo, que había que ganarse la vida a pulso, y este niño que ya no era tan niño vivió el resto de su vida amargado.

              

EL PERRO QUE RESULTABA SER UN GATO


     Había una vez un ciudadano que no veía muy bien. Cuando paseaba por las calles de Nueva York, se encontró a un perro abandonado y se lo llevó a su casa. Este hombre vivía solo. Tras muchos años cuidando del perro, éste se murió y cuando iba a enterrarlo se dio cuenta que era un gato.
 




EL PASTOR SIN SUS OVEJAS


     Esta es la historia de un pastor que estaba apacentando a sus ovejas. Un día las perdió en un bosque. El pastor buscó por todos los rincones y, de repente escuchó un sonido a sus espaldas. Se dio la vuelta y estaban allí.




                                                          Raúl Velázquez

                                        

                                    GOTAS

      Sentado en el coche, corrían por el cristal, pero todas ellas unían sus fuerzas para llegar a su meta.


                  
                                                             

                                      AIRE

     El pasado se lo llevó el aire pero, ¿qué sucederá si en el futuro nos quedamos sin aire?



          


                                                   Alba Gomis Román

LA BESTIA

      Y allí estaba aquella temible bestia: acechándome fieramente desde un rincón. En ese momento, el animal me lanzó un extraño objeto. Lo miré detenidamente. ¡No lo podía creer! Lo que me había arrojado esa temida e imponente bestia era un simple trozo de lana.
      Entonces, lo comprendí todo: sólo quería jugar.


                                                     



TRES DESEOS

    Un hombre caminaba por el bosque maldiciendo su mala fortuna, cuando de repente vio un extraño pájaro. Lo capturó pensando que lo podría vender por mucho dinero, pero en ese momento el pájaro dijo:
       -Buen hombre, si usted me suelta, le concederé tres deseos.     
   El señor, estupefacto, decidió aceptar la propuesta de aquel extraño ser. “Por fin la suerte me sonríe”, pensó, y soltó al pájaro.
     -Bien, querido genio, deseo ser más dulce, rico e irresistible hacia las mujeres.
    Entonces, el pájaro le convirtió en un pedazo de pastel de chocolate.




RISAS

     En un pequeño pueblo, había una niña que no cesaba de reír. Reía, reía y reía: por la mañana, por la tarde y por la noche. Entonces, un día, de tanto reírse se le acabaron las risas.

                                     


Susana Alapont Durá

martes, 27 de mayo de 2014

LOS DINOSAURIOS OYERON MICRORRELATOS

       
Augusto Monterroso (1921-2003)

El microrrelato es una miniatura narrativa. En él destacan el humor, el ingenio, la reflexión aforística, el punto de vista original; pero también lo poético, la sorpresa y hasta el absurdo. En el microrrelato (o microcuento) nos asalta una inesperada perspectiva que nos invita a reír, a pensar o a ver el mundo con ojos nuevos. El guatemalteco Augusto Monterroso es uno de sus principales cultivadores. Suyo es uno de los más breves y conocidos. No tardaremos mucho en leerlo; ni tampoco en copiarlo. Así dice:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

MICRORRELATOS: LO INMENSO EXISTE EN UN GRANO DE ARENA


LA VERDAD

  Un domingo por la noche, cuando aún no estaba dormida, me dio por pensar sobre la vida. ¿Qué pasará después de la muerte? ¿Quién me dice a mí que estamos vivos? A lo mejor soñamos. ¿Quién me afirma que aún no estamos muertos? ¿Y si al morir nos dan otra vida y no nos acordamos de la anterior? Y al nacer, ¿lloramos porque nos acordamos de nuestra vida anterior y nos da pena? Y al morir, cuando vemos un túnel con una luz al fondo… ¿y si ese túnel es la barriga de nuestra nueva madre? Finalmente, después de preguntas y más preguntas, comprendí que ni Dios podría responderlas.






                                             Nuria Ortiz Pérez-Ojeda

MICRORRELATOS: LO INMENSO EXISTE EN UN GRANO DE ARENA





LA CURIOSIDAD 


Una tarde, a un hombre se le apareció Dios en su casa y le entregó una sucia bolsa bastante pesada. Dios le dijo que no la abriera bajo ningún concepto y que la guardara hasta que viniera a buscarla. Transcurridos tres años, Dios apareció buscando la bolsa que le dejó años atrás. Cuando el hombre cogió la bolsa para entregársela a Dios, se le ocurrió abrirla para ver qué había dentro y, fascinado por su contenido, explotó en un grito de asombro.


LA INSPIRACIÓN


Hubo una vez, un rey que quería dormir para siempre. Para ello, construyó un edificio tan alto, tan alto, tan alto, que cuando se hizo de noche, la luna chocó contra él y se paró en seco, haciendo que en su reino siempre fuera de noche. Así el rey consiguió su propósito y pudo dormir en paz para siempre.







EL COCO


Despertó y se dio cuenta de que algo lo observaba desde dentro del armario. No sabía que era, solo tenía la sensación de que algo lo estaba mirando. Se levantó de la cama, y fue caminando muy lentamente hacia él. Cuando llegó lo abrió cuidadosamente. No había nada, solo veía ropa. Se giró para volver a la cama, pero en ese momento una mano salió del armario y lo cogió del hombro. Quedó paralizado de terror, y antes de que pudiera reaccionar aquella mano lo arrastró al interior del armario y las puertas se cerraron de golpe.

 http://www.thischarminghome.com/wp-content/uploads/2012/12/Armario-antiguo.jpg

Javier Coves Toral 

lunes, 19 de mayo de 2014

Éramos unos granujas (Homenaje a Truffaut: "Les Mistons")


                                                    Éramos unos granujas

(Homenaje a Truffaut: "Les Mistons")

 Néstor Ferri Pérez

    De todos los veranos de mi vida, ese fue el mejor, y el peor.

    Cada día, mis amigos y yo íbamos a espiar a la joven y guapa Bernardette. Ella nos ayudó a descubrir algo nuevo, y nos hacía sentir sensaciones increíbles. Descubrimos la belleza, y lo bonito que era el amor, y a nosotros nos gustaba esa nueva sensación y  nos fascinaba todo el esplendor que desprendía Bernardette sobre su bicicleta, con su hermoso vestido gris, casi transparente. Era un ángel vestido de blanco.

      Nos encantaba que fuera a jugar al tenis. Ella no era la mejor devolviendo la bola, pero sí moviendo la cadera. Su movimiento de cadera  nos hipnotizaba, era más adictivo que el cigarro que teníamos en la boca en esos instantes.
 

       Todo iba bien, nosotros estábamos en nuestro mundo de pasión y esplendor, hasta que descubrimos que Bernardette tenía un novio. Era alto, fuerte, y guapo. Se llamaba Gerad. El novio de Bernardette nos odiaba, no le gustaba que la espiáramos. Así que siempre que intentábamos cotillear, nos teníamos que esconder para que no nos pegara. Eso le ponía un poco de emoción al espiar a Bernardette, pero, a veces, nos  dejábamos llevar y salíamos de nuestro escondite para asustarlos. En vez de asustarlos lo que conseguíamos era que Gerard se enfadara.

    Recuerdo con un gran dolor el día en que subieron de excursión a una montaña. Nosotros les seguimos como de costumbre, y los intentamos asustar,  pero Gerad se anticipó y me agarró, para dejarme unos golpes difíciles de olvidar.

     Nosotros solo éramos niños, no sabíamos que estábamos haciendo algo malo.

     Un día, en el mes de octubre, el novio de Bernardette, se marchó unos meses para el retorno a la escuela.

   Nosotros odiábamos a Gerard, ya que no nos dejaba disfrutar de Bernardette. Así que decidimos gastarle una broma, de la que después nos arrepentiríamos.

Le enviamos una nota a Bernardette haciéndonos pasar por Gerard, en la que supuestamente Gerard cortaba con Bernardette. Cuando le llegó la nota, Bernardette se puso muy triste, pero nada comparado con la noticia que le llegó al poco tiempo.

   Bernadette descubrió que Gerard había fallecido en el intento de escalar una montaña.

     Desde aquel día, es como si Gerard se hubiera llevado con él, a la hermosa e inalcanzable Bernardette.
    Ya solo vemos a una joven, vestida de luto, llamada Bernardette.